Desde que tengo memoria, las casas y los espacios me fascinan. Siempre me sorprendió cómo una misma estructura de concreto puede sentirse completamente distinta según quién la habite. En mi adolescencia pasaba horas boceteando planos en mi habitación, soñando con ser arquitecto… aunque la vida me llevó a construir con imágenes en lugar de materiales.

Con el tiempo aparecieron nuevos intereses y mis sueños fueron cambiando. La fotografía me atrapó, y por un momento me imaginé recorriendo el mundo como fotógrafo de Nat Geo. Luego comenzó la etapa de los cortometrajes con amigos: aprendí sobre planos secuencia, composición y cómo mover la cámara con intención. Fueron años de explorar, probar y aprender, rebotando entre pasiones y proyectos.

Todo cambió cuando crucé el charco y me mudé a España. Empezar de cero me enfrentó a un mundo nuevo: conocía un poco de todo, pero no era experto en nada. Trabajar en una inmobiliaria me permitió ver el sector desde dentro y entender sus necesidades. Sin darme cuenta, y muy poco a poco, fue tomando forma Flash Prop: un proyecto que podría definirse como un Frankenstein de todas mis pasiones, donde la fotografía, los planos y la creatividad se unen para mostrar cada espacio de la mejor manera posible.